Cuando me
declaro feminista en público , bien como
formulación general o analizando algún hecho concreto del que se desprende mi
adhesión inquebrantable a tan justo
movimiento ; en ese momento, siempre se alza una voz, muy frecuentemente femenina
, que me informa de que hay hombre maravillosos y mujeres repugnantes.
Semejante
dato lo constato yo a diario , y no por eso
dejo de ser feminista.
Entonces
explico dos cuestiones elementales y fundamentales:
El feminismo
formulado en positivo es IGUALDAD y formulado en negativo AUSENCIA DE
SUBORDINACIÓN
Se me pone
acento argentino para preguntar” ¿Cuál
de estos dos conceptos no entendieron?”
El feminismo
no entra a juzgar el comportamiento concreto de los seres humanos de manera
aislada.
El feminismo
no juzga si una mujer concreta o un hombre en particular son unos trepas deleznables que ponen zancadillas
.
Esos son conceptos morales que pertenecen
al ámbito de lo particular , de lo personal.
Pero el
feminismo si se ocupa de que para llegar al poder no es justo que
las mujeres tengan más trabas , que
el camino sea más llano para ellos.
¿Entonces,
de qué hablamos cuándo hablamos de feminismo? .Hablamos de una estructura
social que subordina a las mujeres en el ámbito de lo real, y en muchas
ocasiones en el ámbito de lo formal.
Las leyes en
materia de igualdad recogen declaraciones de principios grandilocuentes que no se cumplen , y mientras eso sea así , el feminismo tiene que ser combativo y
expresarse , porque parece que la existencias de textos legales recogiendo el
principio de igualdad fuese suficiente.
No lo es , y la subordinación sigue existiendo.
Desde los Consejos
de administración de las grandes
empresas a la intimidad del hogar , hay un reparto de dinero y de roles, abusivo , arbitrario, injusto e inaceptable para la
mujer, que sigue reproduciéndose.
Entonces , cuando
yo te digo que soy feminista , no me
repliques con que tu cuñada no le deja ver los niños a tu hermano ; háblame de todos los hombres que se
desentienden de sus hijos ,que no pagan pensión de alimentos ,y que en el
cumplimiento de sus responsabilidades como progenitor , miran para otro lado.
Quizá con
esa mirada entiendas que tu cuñada se
está defendiendo de un incumplimiento de tu hermano socialmente , convertido en venial , y que
goza de la comprensión mayoritaria.
¿No estará
ocurriendo antes los ojos de la sociedad que una mujer empieza a ser mala por
el simple hecho de ejercitar su voluntad?
Cuando
optamos sin obedecer criterios o
necesidades ajenas a la nuestra, es fácil que alguien se sienta molesto , porque no es su deseo el que se ejecuta . Quizá
esos juicios tan duros lo que pretenden es mantenernos paralizadas, ¿no? .
Hay que entender que el feminismo
surge y se mantiene por la necesidad de eliminar una injusticia, socialmente
admitida , habitualmente invisible y cotidianamente reproducida
Por otra
parte , las mujeres tenemos derecho a ser malas , ¿por qué no?.
Esa benevolencia
con la que se juzga la maldad de los hombres también es desigualdad y subordinación para
las mujeres.
Si el 77% de
la población reclusa es masculina , ¿por
qué a las mujeres se nos asigna la
maldad como característica?
¿No es más
fácil pensar que la ideología que nos subordina se vale de estas creaciones
irreales para construirse?
Las maldades
de la mujer son de baja intensidad ,están , cuando existen, en el orden de lo
pequeño.
No creamos
bombas atómicas ,no esclavizamos a hombres en nuestros sótanos ,no creamos
desigualdad con otras clases sociales y
otras zonas del mundo , ni campos de concentración, ni guerras , ni abusamos sexualmente de menores…
Yo conozco hombres estupendos , que hacen la
vida agradable; excelentes compañeros de trabajo y amigos ; pero conozco
también mujeres con esas características , la mayoría ; y nadie , observando la
situación de privilegio de ellos , abre
la boca para defenderlas y loar sus bondades.
¡Qué
construcción tan perfecta la del patriarcado , que tiene defensoras entre sus propias
víctimas!
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